Con gran fervor, la población de Constanza recibió la visita de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, llevada por los Heraldos del Evangelio.
En medio de una entusiasta acogida, fue recibida esta honorable visita, que movilizó numerosas familias hacia el lindo templo Parroquial, Nuestra Señora de las Mercedes.
El pueblo de Constanza, eminentemente agrícola, pedía a la Virgen que lloviera para regar los campos, pues hasta ese día hubo una fuerte sequía. Grande fue la alegría cuando en medio de la procesión cayeron las primeras aguas: “Agua bendita, de la Virgencita”, cantaba emocionada la gente. Esa noche y el día siguiente llovió con generosidad.
La imagen de la Virgen de Fátima estuvo en Constanza desde el sábado por la noche y todo el domingo. Hubo varias eucaristías y la coronación de la imagen de la Virgen María; homenajes musicales, meditación de los misterios del Santo Rosario. Culminando todo con otra celebración Eucarística, presidida esta vez por el dedicado Párroco, Pbro. Juan Alberto Díaz.
Además de la profunda huella que dejó esta visita en los corazones, quedaron varios oratorios de la Virgen: cuadros con la foto de María Santísima, que comenzaron a peregrinar en numerosas familias, las cuales se comprometieron a rezar el Rosario y ampliar la evangelización hacia hogares más distantes.
Justamente se observaba una notable presencia de familias, con sus grandes y pequeños, atraídos por la bondad del Inmaculado Corazón de la Virgen de Fátima.