El Colegio Quisqueya, tuvo la honra de recibir la visita de la imagen
de Nuestra Señora de Fátima, acompañada por los Heraldos del
Evangelio, en Santo Domingo.
Entre las varias actividades organizadas durante el mes del Rosario ha
dejado profundas huellas, en alumnos y profesores, este acto mariano
que constó de una linda procesión¸ breve prédica sobre la realeza de
la Virgen María, coronación Solemne de la imagen peregrina, rezo y
meditación de algunos de los misterios del Santo Rosario así como un
homenaje musical a la Santísima Virgen.
La simbólica Coronación de la Virgen, con la solemnidad propia a este
acto, fue realizada por una familia, en nombre de todo el colegio el
cual, así como el Curso María Reina, busca integrar la formación de
alumnos con el acompañamiento de los padres de familia.
Altamente motivados por sus directivas, Sor Alma y Sor Marilyn, así
como sus dedicados profesores, los alumnos realizaron actos diversos
como reconocimiento a la Virgen, Madre de todos los que a Ella se
acogen.
Hubo también oportunidad de visitar varios cursos con el proyecto
María Reina, para el que se inscribieron entusiastas alumnos deseosos
de profundizar en la espiritualidad mariana, así como en el
conocimiento del carisma de los Heraldos del Evangelio.
Los comentarios de algunos profesores, sobre la actividad realizada,
son muy dicientes. He aquí algunos de ellos: La actividad me pareció
excelente, muy organizada pero al mismo tiempo dinámica y alegre.
Permite vivir la fe y celebrar nuestra identidad cristiana.
Otra profesora resaltaba: Observé que los alumnos estaban motivados y
muy integrados.
Otra decía: Los alumnos estaban impresionados y gustosos de recibir la
visita de la Virgen
En las casas de los Heraldos de Evangelio, se desarrollan los fines de
semana, los procesos de formación juvenil con el Curso María Reina, el
cual comprende Liturgia, Catecismo, Espiritualidad, Historia de
Cultura Católica, Música instrumental y coral, Idiomas, así como
deportes. Todo esto se realiza en un ambiente totalmente sano y
marcado por el deseo de la práctica de las diversas virtudes.
Estos procesos de formación son acompañados por varios padres de
familia, agradecidos con Dios por lo que les ha dado a sus hijos.