LOS MEJORES CONSEJOS DE SANTA JACINTA, PASTORCITA VIDENTE DE FATIMA.
Por Mons. Juan Cla Dias, Fundador de los Heraldos del Evangelio
Viviendo bajo la promesa de que la Santísima Virgen los llevaría en breve al Cielo, Francisco y Jacinta fueron favorecidos por algunas visiones particulares durante el poco tiempo que pasaron en la Tierra.
La Hermana Lucía así lo relata:
SOBRE LOS SACERDOTES Y LOS GOBERNANTES
– Madrina mía, ¡pida mucho por los pecadores!
– ¡Pida mucho por los sacerdotes!
– ¡Pida mucho por los religiosos!
– ¡Los sacerdotes sólo deberían ocuparse de las cosas de la Iglesia!
– ¡Los sacerdotes deben ser puros, muy puros!
– La desobediencia de los sacerdotes y religiosos a sus superiores y al Santo Padre ofende mucho a Nuestro Señor.
– Madrina mía, ¡pida mucho por los gobiernos!
El 22 de septiembre de 1935, el cuerpo de Jacinta fue exhumado para ser trasladado a Fátima (en la fotografía, su rostro, que se había conservado incorrupto).
– ¡Ay de los que persiguen la Religión de Nuestro Señor!
– Si el gobierno dejase en paz a la Iglesia y diese libertad a la Santa Religión, sería bendecido por Dios.
SOBRE LAS VIRTUDES CRISTIANAS
– Madrina mía, no ande en medio del lujo; huya de las riquezas.
– Sea muy amiga de la santa pobreza y del silencio.
– Tenga mucha caridad, incluso con quien es malo.
– No hable mal de nadie y huya de quien lo hace.
– Tenga mucha paciencia, porque la paciencia nos lleva al Cielo.
– La mortificación y los sacrificios agradan mucho a Nuestro Señor.
– La confesión es un sacramento de misericordia. Por eso es necesario que se aproximen al confesionario con confianza y alegría. Sin confesión no hay salvación.
– La madre de Dios quiere más almas vírgenes, que se vinculen a Ella por el voto de castidad.
– Para ser religiosa es necesario ser muy pura de alma y de cuerpo.
– Iría con mucho gusto a un convento; pero quiero más ir al Cielo.
– ¿Y sabes tú qué quiere decir ser pura?, le preguntaba la Madre Godinho.
– Sí, lo sé. Ser pura de cuerpo es guardar la castidad; y ser pura de alma es no cometer pecados, no mirar lo que no se debe ver, no robar, no mentir nunca, decir siempre la verdad aunque nos cueste.
– Quien no cumple las promesas que hace a Nuestra Señora nunca tendrá felicidad en sus cosas.
– Los médicos no tienen luz para curar bien a los enfermos, porque no tienen amor de Dios.
– ¿Quién te enseñó tantas cosas?, le preguntaba la Madre Godinho.
– Fue Nuestra Señora; pero algunas las pienso yo. Me gusta mucho pensar.28
La Santísima Virgen vino a buscar a Jacinta el día 20 de febrero de 1920 (Francisco había partido para el Cielo el día 4 de abril del año anterior).
La niña fue sepultada tres días después en el cementerio de Vila Nova de Ourém. El 12 de septiembre de 1935, los restos mortales de Jacinta fueron llevados al cementerio de Fátima, siendo depositados en un sepulcro nuevo, de piedra blanca, hecho para ella y su hermano. El sencillo epitafio decía: Aquí reposan los restos mortales de Francisco y Jacinta, a quien Nuestra Señora se apareció.
En 1951 los venerables restos mortales de Jacinta fueron trasladados a la Basílica de Fátima, donde actualmente reposan. En 1952 también fueron llevados allí los restos de su hermano Francisco.29
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25. Cfr. Ayres da Fonseca, op. cit., p. 147; De Marchi, op. cit., p. 264.
26. Hermana Lucía, op. cit., p. 71.
27. Hermana Lucía, op. cit., pp. 235-237.
28. De Marchi, op. cit, pp. 291, 293.
29. Cfr. Borelli Machado, op. cit., p. 57; De Marchi, op. cit., pp. 299-304, 349-351; Castro del Río, op. cit., p. 161.
LIBRO: Fátima, Por fin mi Inmaculado Corazón Triunfará – Mons Juan Cla Dias – Bogotá – 2004