Después de un considerable tiempo de preparación, un grupo de jóvenes renovó las promesas de su Santo bautismo por medio de la Consagración a Jesucristo por las manos de María, cuyo método fue ideado por el gran santo mariano San Luis María G, de Mont-Fort.

Esta consagración se hizo al pie de la Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima en la Capilla de Los Heraldos del Evangelio en el sector La Castellana.